miércoles, 30 de marzo de 2011

Futuro título [Introducción]

>>Perdida en la oscuridad, camina buscando una señal, ¿pueden oír sus gritos? Hay algo seguro, siempre estará atrapada... Aún así, intenta encontrar una salida. Nunca te dejará salir, pequeña soñadora.<<


Sonó el timbré dos veces seguidas, como de costumbre, Lucy abrió los ojos como si de la peor de sus pesadillas se tratase. Miró el despertador que había apagado cuarenta minutos atrás pensando que el sonido de algún objeto alejado de la realidad. Las siete y cuarto.
- ¡Maldita sea! - era de esperar que diría algo así, lo hacía todos los lunes, martes, miércoles y jueves. Los viernes se dejaba llevar por el calor corporal que las sábanas habían guardado toda la noche y se quedaba una hora más en la cama, total, el profesor ni la miraría.
Alice volvió a llamar dos minutos más tarde, pero debió de dar por supuesto lo que estaba pasando detrás de la puerta, porque no insistió más. 
Lucy abrió el armario y cogió la sudadera amarilla y los pantalones negros de chándal del instituto, en ambos ponía bien grande con letras horrorosas AL. SURESTE, alumno del Sureste, una abreviatura que, si llevabas en ese pueblo, te podían tirar piedras por la calle si lo creían conveniente. Tiro el uniforme al baño y se fue quitando el pijama por el camino, mientras maldecía a J.J. Nuck, el escritor que llevaba ayudando al fomentar el desarrollo de sus ojeras durante años. Se miró al espejo, algo de lo que se arrepintió a los cinco segundos de haberlo hecho. Era lo más cercano a un zombie que los alumnos del sureste podrían ver. Se recogió el pelo en un moño hecho a toda prisa con algún que otro pelo suelto, que le hacía ser única... por pura casualidad. Qué más le hubiera gustado a ella ser una persona responsable con todas las letras... Pero ella era Lucía la que años atrás había dejado de lucir. 

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